martes, 4 de octubre de 2011

Una derrota con buena imagen

El Sporting cosechó una derrota honrosa ante el denominado mejor equipo del mundo, el Barcelona de Josep Guardiola, al que en el segundo tiempo logró asustar en algunas fases. Pero el tempranero gol de Adriano pesó demasiado en los rojiblancos, que ofrecieron un partido intenso, pero con poca capacidad para crear problemas a la zaga barcelonista.
El equipo azulgrana, como estaba previsto, llevó el peso del partido desde el pitido inicial. Guardiola dispuso una zaga con tres defensas, en la que Abidal compartía el lateral y la posición de central, con Thiago más adelantado. El secreto del dispositivo azulgrana era la posición de Pedro, quien esta vez no se fijó a una de las bandas, para moverse de una forma anárquica por las inmediaciones del área.
Preciado dio entrada al equipo previsto, con Rivera en el centro del campo, al lado de Nacho Cases y con el portugués André Castro más adelantado. El equipo gijonés cerraba bien los espacios para que los azulgrana no tuvieran comodidad en sus movimientos. Xavi, epicentro del juego barcelonista, trataba de abrir el campo con Adriano y David Villa muy abiertos y más cercanos Pedro y Messi, sin una referencia concreta de remate.
Guardiola intentó que el Sporting adelantara su defensa para tener más facilidad en las entradas con espacio libre desde atrás, pero Preciado no cayó en ese juego. Por eso, los azulgrana, a los que les costaba llegar, también probaron en los disparos desde lejos. El primero fue de Villa, que salió alto tras una rápida combinación. El segundo fue una ejecución de Xavi desde fuera del área que repelió el poste derecho de la portería de Juan Pablo. El infortunio se alió con los gijoneses, porque el rebote fue a los pies de Adriano, quien lanzó un potente disparo cruzado que, tras tocar ligeramente en Canella y alterar la trayectoria, pasó entre Iván Hernández y Juan Pablo. Habían transcurrido sólo diez minutos y el sueño rojiblanco parecía desvanecido. El tanto permitió al Barcelona levantar el pie del acelerador. Jugar con más tranquilidad y también tener paciencia ante la fogosidad de los rojiblancos.
A partir de ahí, el partido entró en una fase de tensión en la que el colegiado aragonés Clos Gómez dio muestras de tener muchas dudas, casi siempre resueltas en contra de los gijoneses, con los que fue excesivamente riguroso.
Con este desarrollo del partido, el Barcelona apenas tenía posibilidad de inquietar a Juan Pablo, pero los gijoneses, por el contrario, tampoco tenían llegada y apenas generaban noticias en ataque. Un remate defectuoso de David Barral fue todo el balance antes de llegar al último minuto del primer tiempo en el que Roberto Canella probó fortuna y lanzó un disparo que detuvo Víctor Valdés, bien colocado. El peligro anterior había sido una defectuosa cesión de Abidal a Valdés que le creó alguna complicación al guardameta catalán, pero de la que no pudo sacar provecho el conjunto gijonés.
En el segundo tiempo, el Sporting ofreció un dispositivo más ambicioso. La presión a los jugadores azulgrana era mucho mayor, lo que llegó a asustar a Guardiola, quien modificó el dispositivo táctico, con un estilo más conservador.
El técnico de Santpedor aprovechó la lesión de Abidal para dar entrada a Maxwell, un lateral más específico, y también para meter en el equipo a Gerard Piqué, un central más consistente, con lo que, de esta manera, renunciaba a la contribución ofensiva del dinámico Pedro.
El partido discurría con tranquilidad para el Barcelona, que se amparaba en la ventaja que se reflejaba en el marcador, pero con más fogosidad para los rojiblancos, que buscaban sorprender a Víctor Valdés, aunque sin opciones claras de remate.
Preciado retiró primero a Trejo, que tuvo una participación bastante tímida, para dar entrada a Ayoze, sin que se notara la mejoría. Poco después entró Bilic, con lo que cambió el dibujo táctico a un 4-4-2, en el que André Castro retrasaba su posición al centro del campo. El portugués estuvo muy activo y hasta se excedió en su presión, lo que acusaron los azulgrana, que limitaban su poder ofensivo a las entradas desde atrás de Messi y Villa. Ninguno de los dos pudo cumplir su objetivo por el cerrado dispositivo defensivo de los gijoneses.
Moderado optimismo
La única opción de remate del equipo sportinguista fue un lanzamiento de esquina, pero la acción resultó bastante embarullada.
Lo más positivo fue la imagen ofrecida por los pupilos de Manuel Preciado. Con este estilo parece impensable que este equipo pueda correr riesgos de descenso, aunque para ello debe jugar siempre con la intensidad que le puso anoche al partido que le enfrentó al Barcelona.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Ablanedo II

Juan Carlos Ablanedo es uno de los estandartes de la Escuela de fútbol de Mareo, donde empezó a formarse desde que se inició en el fútbol.En el Sporting Atlético empezó a pedir paso,pero se encontró con Vujadin Boškov, quien no confiaba en el por considerar que sus 177 centímetros de estatura eran insuficientes para un portero de categoría. Pese a todo,lo hizo debutar en el equipo,aunque la confianza le llegó con el regreso de José Manuel Díaz Novoa.
Ablanedo estuvo 14 temporadas en el Real Sporting de Gijón y jugó 398 encuentros,cifra que se vio reducida por las cuatro graves lesiones que padeció (tobillo, rodillas y clavícula), además de haber sufrido el inconveniente de unos cambios de reglas de juego que influyeron negativamente en su trayectoria final. En concreto la norma de la cesión le hizo mucho daño ya que su juego con el pie era bastante malo.
Su agilidad hizo que le apodarán el Gatu. Con unos reflejos sensacional, en la línea de meta era imbatible.
Vicente Miera fue su valedor para llevarlo a Mundial de México, en la etapa de Miguel Muñoz como seleccionador, tras una sensacional actuación en Zaragoza donde salió imbatido. Rápido y decidido en las salidas,en el uno contra uno se mostraba como un resorte.

Churruca

Nació en Zarautz (Guipuzcoa) un 28 de enero de 1949. Formado en la cantera vasca estuvo en el Zarautz hasta la edad de juveniles, cuando el Sporting le fichó atendiendo las indicaciones del, por aquel entonces entrenador del Sporting, Román Galarra, y le cedió al que por aquel entonces era una especie de filial, el Ensidesa, por el que pasaban casi todas las jovenes promesas de la cantera rojiblanca. Tan solo una temporada en el Ensidesa y retornó al Sporting club con el que debutó con tan solo 19 años.
Con él coincide la mejor época del Sporting en los años 70, formando parejas de atacantes de lujo con los mismísimos Megido y Quini. Al final de la temporada 1975-76, tras consumarse el descenso a Segunda división A el Sporting traspasa al Ath. Bilbao a Churruca por 50 millones de pesetas. Para llevarse a cabo el traspaso de Churruca se celebró una votación entre los socios para decidir si se traspasaba o no al jugador: 190 votos fueron favorables al traspaso y 84 en contra. Con el dinero del traspaso se inician las obras de lo que hoy en dia es la Escuela de Fútbol de Mareo.
Se marcha al Ath. Bilbao para debutar en el Bernabeu y marcarle el primer gol de los tres que esa tarde marcó el Bilbao en su victoria en el Bernabeu.

Jesus Castro Gonzalez

Jesús Antonio Castro González (Oviedo, Asturias, 23 de enero de 1951 - Pechón, Cantabria, 26 de julio de 1993), conocido deportivamente como Castro, fue un futbolista español. Jugó como portero en el Sporting de Gijón en Primera División, y era hermano del también futbolista Quini. Falleció en una playa cántabra cuando trataba de salvar a dos niños que se estaban ahogando.

Trayectoria

Castro inició su trayectoria como juvenil en el Ensidesa (hoy Real Avilés Industrial), para pasar en 1967 al Sporting, donde debutaría en Primera División el 13 de septiembre de 1970 en el Estadio de Balaídos contra el Celta de Vigo, que ganó por 2:0. Disputó con el Sporting 13 temporadas en la máxima categoría, disputando 316 partidos y siendo titular en todas menos en dos. Jugó además dos finales de Copa del Rey, en 1981 y 1982, que su equipo perdió, 1:3 ante el FC Barcelona y 1:2 ante el Real Madrid, respectivamente. Su última temporada fue la 1983-84, en que jugó sólo 4 encuentros.

Fallecimiento

El 26 de julio de 1993 se encontraba en la playa de la localidad cántabra de Pechón (próxima a Asturias), cuando se lanzó al agua para rescatar a dos niños ingleses que se estaban ahogando, cosa que consiguió, pero perdió la vida ahogado.

Reconocimientos

El 14 de noviembre se disputó en el estadio de El Molinón de Gijón un encuentro homenaje a Castro, en el que se enfrentaron el Sporting de Gijón y una Selección de la Liga española.
El gesto de Castro fue reconocido con una placa en esa misma playa recordando su acción. Además, el Ayuntamiento de Oviedo le dedicó una calle en el barrio de La Corredoria, al que estaba estrechamente ligado.
En 2008, el "Parque Inglés" de Gijón fue rebautizado como "Parque de los hermanos Castro".

Enrique Castro "Quini"

Enrique Castro González, conocido como Quini o como El Brujo (*Oviedo, Asturias, España, 23 de septiembre de 1949) es un ex-futbolista internacional español.
Desarrolló su carrera profesional entre el Real Sporting de Gijón, en el que jugó quince temporadas divididas en dos intervalos (1968-1980 y 1984-1987), y el Fútbol Club Barcelona (1980-1984). Actualmente ejerce como delegado del Real Sporting de Gijón, tras haber ocupado varios otros cargos en el equipo, como los de secretario técnico y ayudante técnico.
Jugaba como delantero y destacó por su capacidad goleadora. Es el segundo futbolista que más veces ha ganado el Trofeo Pichichi: Lo ganó dos en Segunda División con el Sporting (1970 y 1977) y cinco veces en Primera División, tres de ellas con el Real Sporting de Gijón (1974, 1976 y 1980) y dos con el FC Barcelona (1981 y 1982). Es el sexto mayor goleador de la historia de la Primera División española y el jugador del Sporting que más tantos ha logrado en dicha categoría, con 165 dianas.